Al 2011, el déficit calculado de viviendas en el país era de aproximadamente 400 mil; solo en Lima, esa brecha es de 140 mil viviendas. Todos los años se forman entre 40 y 60 mil nuevas familias, pero hoy la gran demanda insatisfecha se concentra en viviendas por debajo de los 100 mil dólares, eso quiere decir, que es el sector socio económico B y acaso una porción del C donde hoy se ubica el grueso de la demanda.

Otro dato importante, las empresas desarrolladores inmobiliarias formales tienen amplia experiencia, pero el capital disponible para atender la demanda actual y proyectada es insuficiente, más aún cuando hoy en día la oferta de vivienda informal es 3 veces mayor que la formal; con lo cual, el financiamiento de los proyectos formales son una enorme posibilidad para el sistema financiero, y con mayor razón si en la próxima década la vivienda será más asequible a los segmentos C y D, y la demanda de viviendas formales, solo en Lima, podría ser de 120 mil al año.
Pensemos consistentemente: solo si el ritmo de crecimiento del PBI se mantiene en los niveles actuales, y lo que se ha denominado "nueva clase media" se expande conservadoramente, y si solo quisiéramos cubrir la actual demanda y reducir el déficit de viviendas en la capital de 140 mil a 100 mil viviendas, se necesitaría: cuadruplicar la capacidad de construcción de 20 mil a 80 mil viviendas por año, habilitar 750 hectáreas solo para vivienda, invertir al menos 1,300 millones de dólares y reducir las trabas regulatorias, entre otras cosas; pero claro, como contra parte, tendremos a un sector que pasa de vender 1.5 a 10 mil millones de dólares anuales. Eso sí me suena a boom, pero no a burbuja. Fuente: Diario Correo
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